El alto cargo de la iglesia católica arrestado por conspirar para transferir clandestinamente decenas de millones de dólares a Italia controlaba enormes cantidades de dinero y sentía que podía actuar con impunidad por sus conexiones con el banco Vaticano, según un documento de la investigación judicial.
En el último revés para la imagen del Vaticano, monseñor Nunzio Scarano, de 61 años, fue arrestado el viernes junto a un agente del servicio secreto italiano y un intermediario financiero.
Los tres planeaban meter en Italia 20 millones de euros procedentes de Suiza para los miembros de una familia de propietarios navales del sur de Italia, según dijo un juez de instrucción a periodistas el viernes.
El magistrado dijo que el principal protagonista era Scarano, que hasta hace poco trabajó como contable en la administración financiera del Vaticano, y que tenía varias propiedades y cuentas en el banco Vaticano.
Un documento de 48 páginas en el que la juez Barbara Callari aprueba las peticiones de arresto de los magistrados, y que fue obtenido por Reuters, contiene transcripciones de sumarios con escuchas, correos electrónicos, cargas, cheques y otros resultados de investigaciones policiales.
Describe el desarrollo de un plan que se asemeja a una novela de espías con un avión privado alquilado para recoger el dinero de la localidad suiza de Locarno, móviles quemados, un agente de los servicios secretos supuestamente corrupto que prometió conseguir que el dinero pasara las aduanas y un dudoso intermediario.
En su informe, Callari escribió que Scarano se sentía seguro "gracias a sus relaciones con el banco Vaticano". Agregó que el monseñor veía al Instituto para las Obras de la Religión (IOR) como "el único instrumento seguro y rápido para operaciones financieras y bancarias que podía evadir - si no violar completamente - las leyes contra el blanqueo de dinero y la evasión de impuestos".
Bochorno para Papa
Los detalles de la acusación a Scarano han sido embarazosos para el papa Francisco, que desde que fue elegido en marzo ha evitado gran parte del boato del cargo y tratado de enfatizar la importancia de una vida sencilla de devoción.
En el último revés para la imagen del Vaticano, monseñor Nunzio Scarano, de 61 años, fue arrestado el viernes junto a un agente del servicio secreto italiano y un intermediario financiero.
Los tres planeaban meter en Italia 20 millones de euros procedentes de Suiza para los miembros de una familia de propietarios navales del sur de Italia, según dijo un juez de instrucción a periodistas el viernes.
El magistrado dijo que el principal protagonista era Scarano, que hasta hace poco trabajó como contable en la administración financiera del Vaticano, y que tenía varias propiedades y cuentas en el banco Vaticano.
Un documento de 48 páginas en el que la juez Barbara Callari aprueba las peticiones de arresto de los magistrados, y que fue obtenido por Reuters, contiene transcripciones de sumarios con escuchas, correos electrónicos, cargas, cheques y otros resultados de investigaciones policiales.
Describe el desarrollo de un plan que se asemeja a una novela de espías con un avión privado alquilado para recoger el dinero de la localidad suiza de Locarno, móviles quemados, un agente de los servicios secretos supuestamente corrupto que prometió conseguir que el dinero pasara las aduanas y un dudoso intermediario.
En su informe, Callari escribió que Scarano se sentía seguro "gracias a sus relaciones con el banco Vaticano". Agregó que el monseñor veía al Instituto para las Obras de la Religión (IOR) como "el único instrumento seguro y rápido para operaciones financieras y bancarias que podía evadir - si no violar completamente - las leyes contra el blanqueo de dinero y la evasión de impuestos".
Bochorno para Papa
Los detalles de la acusación a Scarano han sido embarazosos para el papa Francisco, que desde que fue elegido en marzo ha evitado gran parte del boato del cargo y tratado de enfatizar la importancia de una vida sencilla de devoción.
Sólo dos días antes el Vaticano anunció la creación de una comisión para investigar el banco Vaticano, conocido formalmente como IOR y que se ha visto sacudido por una serie de escándalos en las últimas décadas.
Scarano estaba suspendido de sus funciones desde hace varias semanas por la investigación de otro caso en el sur del país relacionada con sus cuentas en el banco Vaticano.
En esa investigación, Scarano fue acusado de sacar unos 600.000 euros en efectivo de una cuenta del Vaticano poco a poco, habitualmente 10.000 euros, y dárselo a amigos, que le extendían cheques. Luego depositaba los cheques en una cuenta para pagar una hipoteca.
Los magistrados han dicho que no hay indicios hasta ahora de que el banco estuviera implicado directamente en el intento de Scarano de hacer entrar el dinero a Italia para sus amigos ricos.
Scarano, que según dijo un magistrado trabajó para un banco alemán antes de meterse a cura, fue durante años un contable de alto rango en un departamento del Vaticano conocido como APSA, la Administración del Patrimonio de la Santa Sede.
Scarano estaba suspendido de sus funciones desde hace varias semanas por la investigación de otro caso en el sur del país relacionada con sus cuentas en el banco Vaticano.
En esa investigación, Scarano fue acusado de sacar unos 600.000 euros en efectivo de una cuenta del Vaticano poco a poco, habitualmente 10.000 euros, y dárselo a amigos, que le extendían cheques. Luego depositaba los cheques en una cuenta para pagar una hipoteca.
Los magistrados han dicho que no hay indicios hasta ahora de que el banco estuviera implicado directamente en el intento de Scarano de hacer entrar el dinero a Italia para sus amigos ricos.
Scarano, que según dijo un magistrado trabajó para un banco alemán antes de meterse a cura, fue durante años un contable de alto rango en un departamento del Vaticano conocido como APSA, la Administración del Patrimonio de la Santa Sede.
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