En Estados Unidos, ese país donde casi cualquier cosa puede convertirse en objeto de estudio académico han dado la voz de alarma. Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Ohio ha demostrado que las personas heridas y atendidas por algo que llaman "distractive walking" y que sería algo así como andar distraído, se han duplicado desde 2005 y la tendencia es exponencial.
Los investigadores creen que entre 2010 y 2015 la cifra de damnificados volverá a doblarse.
Estas personas de andar distraído no eran zombies, simplemente iban haciendo eso que hacemos cada día: Hablar o escribir desde el teléfono, ajenos a la realidad circundante. No importa que esta realidad llegue en forma de otro transeúnte distraído, de un coche o del túnel del metro, como mostró un vídeo de CNN en el que un señor caía a las vías mientras hablaba por teléfono.
El estudio publicado en la revista Journal Accident Analysis and Prevention recoge datos de entre 2004 y 2010, y muestra que si en 2005 hubo 256 personas heridas por caminar mirando alelados la pantalla del móvil, en 2010 los heridos fueron 1.500.
Una verdadera epidemia de los tiempos modernos, porque ¿quién no ha tenido una larga conversación por Whatsapp mientras camina por cualquier ciudad del mundo, consiguiendo que el resto de los peatones le ceda el paso?
Según los investigadores de la Universidad de Ohio, los más jóvenes, chicos entre 16 y 25 años, son los que más se han accidentado (y no porque sean más torpes, sino porque presumiblemente son los que más practican el distractive walking).
Al parecer, y contra todo pronóstico, hablar por teléfono mientras se camina causa más accidentes que chatear o mandar un mensaje de texto en la misma circunstancia. Ante esta revelación, los investigadores insisten en que no se interprete que escribir y caminar al mismo tiempo sea una actividad más segura que hablar, sino que tener una conversación por teléfono y caminar es más fácil, por tanto más gente lo hace y por eso hay más accidentes. Lo de whatsappear y desplazarse a la vez es considerado por estos expertos un deporte de riesgo.
En algunos estados, como New Jersey cruzar una calle mientras se teclea en el móvil es ilegal. Unas 40 personas han sido atropelladas mientras iban distraídas con sus pantallas. Las multas son de alrededor de 85 dólares (unos 70 euros). Otros estados como Idaho y Delaware prefieren advertir al personal con señales como esta:
Y en la concurrida Break Lane de Londres se vieron allá por 2008 estas farolas preparadas para amortiguar el choque de transeúntes distraídos.
En aquel momento se dijo que uno de cada diez peatones acababa empotrado en uno de esos postes mientras miraba la pantalla del teléfono. En España, según un estudio de 2012 de la Fundación MAPFRE, las distracciones de los peatones figuran entre las tres principales causas de atropello. Y aunque el estudio no lo precisa, probablemente el móvil tenga la culpa de alguno de estos accidentes.
Aunque caminar y hablar por el móvil parece un acto natural -todo creemos que hemos venido al mundo con ese don-, dicen los expertos que al cerebro le cuesta hacer las dos cosas a la vez.
El profesor David Schwebel ha estudiado qué pasa en el cerebro mientras caminamos y chateamos, y explica que andar es una actividad “con cierto grado de complejidad”. “El cerebro tiene que hacer un esfuerzo para asegurarse de que se desplaza por un lugar seguro, especialmente si hay mucho tráfico. Por otra parte, chatear es otro trabajo para el cerebro que tiene que procesar con quién habla y qué va a responder. Es demasiado. Si sometemos al cerebro a tanta presión, seguramente va a cometer errores".
Por otra parte, los entregados a la tecnología, profesores de una asignatura que en las universidades estadounidenses se llama Human Computer Interaction (Interacción entre los humanos y los ordenadores) creen que todo es cuestión de tiempo. La tecnología móvil aún no está a la altura de nuestras necesidades. Llegará el día, dicen, en que podamos ir por las calles absortos en nuestro móvil sin ser atropellados. El propio sistema de orientación del teléfono nos guiará por el lugar más seguro.
Con esta ambición han nacido prototipos como Crashalert, una aplicación para móvil que alerta al usuario con un cuadro rojo de que tiene un obstáculo delante. Otra idea es un teléfono transparente que mejora bastante la visibilidad del mobiliario urbano, y de cuya existencia daba cuenta el blog Microsiervos.
Y qué tipo de cosas dejamos de ver cuando caminamos hablando o escribiendo en el teléfono? Por lo visto mucho más de lo que estaríamos dispuestos a aceptar.
Los psicólogos que han investigado el asunto dicen que se crea una especie de "ceguera por falta de atención" que hace que no veamos sucesos muy obvios y llamativos que suceden en nuestras narices. "La gente mira a su alrededor mientras está con el teléfono pero no registra nada", sostiene Ira Hyman jr., del Departamento de Psicología de Western Washington University. Esta experta y su equipo lo demostraron con este experimento:
Un estudiante vestido de payaso con un traje amarillo y morado (el estímulo más escandaloso y visible que encontraron) se paseaba montado en un monociclo por una plaza. Los investigadores pusieron su atención en 347 peatones. Algunos iban solos, otros escuchaban música con sus auriculares, otros hablaban con un amigo y otros hablaban por teléfono.
Cuando cruzaron la plaza, todos fueron preguntados: "¿Habéis visto algo raro en la plaza?" (los investigadores aseguran que es bastante inusual que un payaso se pasee en monociclo por esos lares). El 60% de los que iban con un amigo lo habían visto; alrededor del 70% de los que escuchaban música, también; más del 50% de los que caminaban solos también. Sin embargo, entre los que iban hablando por el móvil solo el 8% había reparado en el payaso morado y amarillo. Al resto ni le sonaba el asunto.
Cuentan los investigadores que no se podían creer que les hubieran pasado al payaso por delante sin verlo. "Todos creemos que tenemos esta facultad muy desarrollada pero no, nos perdemos la mitad de lo que está pasando a nuestro alrededor mientras hablamos.Miramos pero no vemos", asegura la investigadora.
Si está esperando que le recomendemos que no hable o chatee por el móvil mientras camina, está usted en el sitio equivocado. Aquí no se dan consejos.
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