La interacción de las bacterias contribuye a fortalecer la inmunidad de nuestro cuerpo (Getty Images).
Lo más importante
Desde que nacemos, nuestro organismo se llena de bacterias buenas y malas
Los microorganismos fortalecen el sistema inmunitario del humano
Los investigadores estudian la manera de introducir otras bacterias para combatir ciertos padecimientos
Todos los mamíferos hospedamos un mundo de bacterias en el que conviven 100 trillones de microorganismos —10 veces más que las propias células humanas—, y en el cual, los científicos todavía no logran estudiar a cada uno de estos seres unicelulares.
Nuestro organismo alberga alrededor de 1,000 especies con una diversidad genética 100 veces más grande que la humana. Se han identificado algunos ejemplares con características negativas y otros con propiedades benéficas para la salud.
Galina Imrie, autora del libro Always look after number two!, los microbios intestinales, juntos, pesan de uno a dos kilos y el 70% de la inmunidad del cuerpo nace de la interacción de esas bacterias.
Los microorganismos que habitan en nosotros están determinados por la procedencia, el entorno y la alimentación de cada persona y se dividen en tres gurpos: A, B y C.
El enterotipo A es dominado por bacteroides. El enterotipo B, por prevoletas, y el C por ruminococos.
Estos organismos condicionan el equilibrio intestinal del resto de las bacterias y permiten entender patologías como la colitis, la diabetes y la obesidad.
La composición bacteriana es elástica, por lo que puede variar en el mismo día y más aún si consumió antibióticos que matará por igual bacterias buenas o malas pero el enterotipo no se modificará.
El tipo de microbiota de nuestro organismo, término preciso para describir a la microflora intestinal, se define desde que nacemos. Nuestro organismo empieza a poblarse de microbios de todo tipo durante el nacimiento vaginal y, luego, el sistema digestivo recibe un sinnúmero de bacterias que se encuentran en el ambiente y en la leche materna. Esas bacterias fortalecen el sistema inmunitario del recién nacido.
Investigaciones con ratones han orillado a los científicos a pensar que el nacimiento por cesárea y la sustitución de la lactancia por fórmulas lácteas alejan a los niños de bacterias fundamentales para garantizar un organismo sano, lo que podría influir en el desarrollo de ciertos padecimientos como la obesidad.
Los expertos coincidieron en que cada vez hay mayor evidencia sobre la correlación entre la obesidad y dos bacterias: los bacteroidetes y los firmicutes. La proporción de los primeros es menor en los obesos que en los delgados. Y cuando los obesos son sometidos a dietas adelgazantes, la población de bacteroidetes aumenta y la de firmicutes disminuye.
Ascensión Marcos, experta del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición en España, explica que las personas con obesidad tienen una microflora intestinal pobre. "Cuanto más sobrepeso tengas, menos bacterias existen en el organismo", afirma. Esto repercute en el sistema inmunitario, lo que genera individuos que se vuelven más propensos a males como diabetes, alergias, infecciones y enfermedades autoinmunes.
No todo es malo, la microbiota intestinal también ha sido sometida a investigaciones para entender el comportamiento y la introducción de algunas bacterias que sirvan para beneficio del cuerpo, como las probióticas que se alojan en el intestino.
Javier Bravo, investigador de la Universidad de Valparaíso en Chile, participó en un estudio en el que se indujo la cepa JD1 de la bacteria benigna Lactobacillus rhamnosus en roedores. El resultado: animales sin estrés ni depresión.
"La microbiota es un blanco farmacológico importante y había sido obviada por la farmacología clásica", señaló Bravo. Es un tema difícil de digerir, considera, incluso para los especialistas de la salud, pues la investigación aún está en una etapa prematura.
"Cuando salen estos productos nos hacen pensar que son buenos para todo. Sin embargo, no todos los probióticos o las bacterias tienen las mismas funciones. No todas las bacterias tienen los mismo efectos", advierte Mariano García Garibay, director de Ciencias Biológicas y de la Salud en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Ser conscientes de nuestro intestino, pensar en los microorganismos que consumimos, buenos y malos, e identificar hábitos alimenticios, puede ayudar a tener una microbiata intestinal que mantenga sano nuestro cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario