El piloto australiano, a punto de cumplir 37 años, anuncia su marcha tras 12 temporadas y su fichaje por PorscheMark Webber dejará la Fórmula 1 a final de curso para competir a partir de entonces con Porsche en el campeonato del mundo de resistencia,según han anunciado esta mañana ambas partes.
De esta forma, el australiano, que a sus 36 años es el piloto más veterano de la parrilla actual, dejará atrás 12 temporadas en la disciplina y siete vestido con el mono de Red Bull, la escudería con la que ha logrado las nueve victorias que acumula en su palmarés, las 11 pole position y las 15 vueltas rápidas.
Al mismo tiempo, Webber también conseguirá quitarse de encima la etiqueta de corredor comparsa y pupas que le acompaña desde 2009, cuando la estructura energética le colocó como compañero a Sebastian Vettel.
Al lado del prodigio alemán de Heppenheim, Webber ha sufrido en multitud de ocasiones, especialmente en 2010, la predilección que la marca del búfalo rojo ha exhibido repetidamente por su joven estrella, que con el paso del tiempo se ha convertido en el gran dominador del certamen.
El incendio más reciente entre ambos se produjo en el tramo final del último Gran Premio de Malasia, cuando Vettel decidió pasar olímpicamente de las órdenes establecidas y atacó a su vecino para adelantarle y conseguir el triunfo. El cabreo de Webber se hizo visible tanto en el momento de la maniobra, con una peineta con dedicatoria, como después, en el podio.
En siete temporadas con Red Bull ha sumado nueve victorias, 11 pole position y 15 vueltas rápidas
Uno de los primeros roces entre ambos se produjo hace tres años y precisamente en Silverstone, donde este fin de semana se celebra la octava parada del calendario. En aquella ocasión, los técnicos decidieron quitar el alerón delantero del monoplaza del australiano antes de la cronometrada y colocárselo al del germano, que había destrozado el suyo en la última sesión de entrenamiento libres.
En la rueda de prensa posterior y tras terminar el segundo por detrás de Vettel, la tensión se podía cortar con una sierra. Al día siguiente, Webber ganó la carrera y nada más cruzar la meta, por la radio, tiró un dardo envenenado. “No está mal para ser un segundo piloto, ¿no?”, soltó.
“Porsche ha escrito la historia del automovilismo y se caracteriza por su rendimiento y tecnología al más alto nivel. Estoy deseando afrontar este nuevo reto después de mi etapa en la Fórmula 1. No puedo esperar para pilotar uno de los coches de carreras más rápidos del mundo”, concedió Webber en su página web, donde también trató de desligar su adiós a la F-1, de un hipotético agotamiento por verse sometido a la tiranía de Vettel.
“Nunca me he dirigido al equipo para tratar de renovar, pero en los últimos seis u ocho meses he estado en contacto con Dietrich Mateschitz (propietario de Red Bull), y siempre ha demostrado tener confianza en mi calidad”, añadía el de Queanbeyan, que también aseguraba que a partir de enero seguirá colaborando con la compañía austríaca.
Con esta decisión, el piloto aussie regresa a un campeonato en el que ya participó antes de enrolarse en la F-1, y en el que en 1999 sufrió uno de los accidentes más espectaculares que ha padecido. Fue durante las 24 Horas de LeMans, una de las pruebas con más pedigrí del automovilismo, cuando su Mercedes salió volando y terminó sobre el asfalto, del revés.
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