"Con escote y desparpajo nunca te faltará trabajo" fue en su día un grupo de Facebook de relativo éxito al que nos apuntamos todas y todos sin pensarlo dos veces. Nunca se hizo un estudio de población del grupo, pero habría gente de diverso pelaje e ideología, supongo. Aún hay casi 14.000 personas apuntadas a ese grupo. Gente que también pertenecían a grupos como "Ir de bar en peor" (38.288) ò "Gente que parece normal y luego no bebe"(18.104). ¿Son todos alcohólicos y depravados?
¿Si alguno de sus miembros se viera envuelto en algún suceso o accidente y alguien se dedicara a fisgonear en sus redes sociales, lo dicho en cualquiera de estos grupos o la mera pertenencia a esa comunidad, serviría para dibujar un perfil ajustado de su personalidad? Francamente, diría que no.
En Internet no somos exactamente quienes decimos ser, aun cuando demos la cara y tengamos un perfil con nuestro nombre y una foto reciente. Algunos son más desinhidos, libres y escandalosos. Otros son más agresivos y menos tímidos. Pero lo que se dice en una red social no debería ir a misa y mucho menos a un juzgadocomo prueba de nada, excepto si se trata de una amenaza de muerte.
El psiquiatra Elias Aboujaoude, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford tiene todo un libro escrito (Virtually you) para explicar lo que el llama la E-personality, una personalidad que nos fabricamos para movernos por Internet y que poco tiene que ver con nosotros.
La idea original de su teoría surgió el día que una colega, psiquiatra como él, le dejó su ordenador y él tuvo que pedirle la contraseña para entrar. Se trataba de una señora muy respetada en el mundo académico. Su nombre de usuario era DoctorSusan. Su contraseña DoctorBitch (Como doy por hecho que sois poliglotas, y si no los sois seguro que reconocéis esta palabra, me abstengo de traducir).
¿Si alguno de sus miembros se viera envuelto en algún suceso o accidente y alguien se dedicara a fisgonear en sus redes sociales, lo dicho en cualquiera de estos grupos o la mera pertenencia a esa comunidad, serviría para dibujar un perfil ajustado de su personalidad? Francamente, diría que no.
En Internet no somos exactamente quienes decimos ser, aun cuando demos la cara y tengamos un perfil con nuestro nombre y una foto reciente. Algunos son más desinhidos, libres y escandalosos. Otros son más agresivos y menos tímidos. Pero lo que se dice en una red social no debería ir a misa y mucho menos a un juzgadocomo prueba de nada, excepto si se trata de una amenaza de muerte.
El psiquiatra Elias Aboujaoude, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford tiene todo un libro escrito (Virtually you) para explicar lo que el llama la E-personality, una personalidad que nos fabricamos para movernos por Internet y que poco tiene que ver con nosotros.
La idea original de su teoría surgió el día que una colega, psiquiatra como él, le dejó su ordenador y él tuvo que pedirle la contraseña para entrar. Se trataba de una señora muy respetada en el mundo académico. Su nombre de usuario era DoctorSusan. Su contraseña DoctorBitch (Como doy por hecho que sois poliglotas, y si no los sois seguro que reconocéis esta palabra, me abstengo de traducir).
Al Dr. Aboujaoude se le debieron agotar todas las teorías ya conocidas para explicar por qué su colega se había creado ese alterego para moverse en el mundo virtual. Dicen que la contraseña es lo menos trivial que hay en un ordenador.
Su teoría es que en Internet somos más atrevidos, sexys y asertivos que en nuestras vidas reales. También más agresivos e impacientes y tenemos la lengua más suelta. Esta diferencia de comportamiento en un sitio y otro, explica que haya ludópatas on line que nunca hayan pisado un casino, y que algunos compradores compulsivos solo lo sean en Internet.
"Cuando determinados comportamientos en Internet traen problemas la reacción de los implicados es siempre la misma: se asombran porque creen que se estaban comportando del modo en que suelen hacerlo, habían perdido la noción del bien y del mal", explica el psiquiatra, que agrega en su libro:"Muchos de nosotros usamos activamente Internet para reconfigurar aspectos de nuestra vida y hacerlos lucir mejor de lo que son para intentar ser más populares o atractivos". Según el experto, a veces ni nos enteramos de que nos vamos tejiendo un disfraz.
Otro experto que ha estudiado nuestro comportamiento on line y, concretamente, por qué somos tan bocazas con un teclado por medio, es el psicólogo John Suler de la Rider University. Suyo es el concepto de desinhibición on line. Una circunstancia propia del medio digital y favorecida, según Suler,por el anonimato, la invisibilidad, la pérdida de los límites entre los individuos y la ausencia de una jerarquía real en Internet. "Todo esto nos concede una especie de carta blanca que explica que nos entreguemos a determinadas conductas con total abandono".
Diecn estos expertos que cuando nos ponemos a fardar por Internet estamos dominados por el Efecto Internet. "Algunos se conectan a la red y entran automaticamente en un delirio de grandeza, fuerza y poder. Una vez desconectados vuelven a ser quienes eran", dicen Elias Aboujaoude.
Su teoría es que en Internet somos más atrevidos, sexys y asertivos que en nuestras vidas reales. También más agresivos e impacientes y tenemos la lengua más suelta. Esta diferencia de comportamiento en un sitio y otro, explica que haya ludópatas on line que nunca hayan pisado un casino, y que algunos compradores compulsivos solo lo sean en Internet.
"Cuando determinados comportamientos en Internet traen problemas la reacción de los implicados es siempre la misma: se asombran porque creen que se estaban comportando del modo en que suelen hacerlo, habían perdido la noción del bien y del mal", explica el psiquiatra, que agrega en su libro:"Muchos de nosotros usamos activamente Internet para reconfigurar aspectos de nuestra vida y hacerlos lucir mejor de lo que son para intentar ser más populares o atractivos". Según el experto, a veces ni nos enteramos de que nos vamos tejiendo un disfraz.
Otro experto que ha estudiado nuestro comportamiento on line y, concretamente, por qué somos tan bocazas con un teclado por medio, es el psicólogo John Suler de la Rider University. Suyo es el concepto de desinhibición on line. Una circunstancia propia del medio digital y favorecida, según Suler,por el anonimato, la invisibilidad, la pérdida de los límites entre los individuos y la ausencia de una jerarquía real en Internet. "Todo esto nos concede una especie de carta blanca que explica que nos entreguemos a determinadas conductas con total abandono".
Diecn estos expertos que cuando nos ponemos a fardar por Internet estamos dominados por el Efecto Internet. "Algunos se conectan a la red y entran automaticamente en un delirio de grandeza, fuerza y poder. Una vez desconectados vuelven a ser quienes eran", dicen Elias Aboujaoude.
¿Es conveniente entonces que se juzgue a alguien por lo que ha dicho en una red social?
Según el autor de Virtually you cada vez que nos conectamos a Internet nos ponemos el disfraz de la E personality (unos más que otros y todo depende de lo expuestos que estemos a Internet, a mayor exposición más conseguimos dominar nuestro lado oscuro).
Nuestro personaje on line es así a grandes rasgos:
. Grandioso
. Narcisista
. Oscuro
. Infantil
. Impulsivo
Si toma dos copas dirá que se ha bebido el bar. Si está triste dirá que está al borde del suicidio. Si no le caes bien dirá que te odia y te insultará con rabia ... y luego volverá a su vida normal.
De verdad. No hay que tomarnos tan en serio en las redes sociales. Estamos poseídos.
Según el autor de Virtually you cada vez que nos conectamos a Internet nos ponemos el disfraz de la E personality (unos más que otros y todo depende de lo expuestos que estemos a Internet, a mayor exposición más conseguimos dominar nuestro lado oscuro).
Nuestro personaje on line es así a grandes rasgos:
. Grandioso
. Narcisista
. Oscuro
. Infantil
. Impulsivo
Si toma dos copas dirá que se ha bebido el bar. Si está triste dirá que está al borde del suicidio. Si no le caes bien dirá que te odia y te insultará con rabia ... y luego volverá a su vida normal.
De verdad. No hay que tomarnos tan en serio en las redes sociales. Estamos poseídos.
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