SOS es la señal de socorro más popular en el planeta y, al mismo tiempo, las letras que designan este síndrome de ojo seco (SOS) que provoca irritación, fatiga ocular, sequedad y sensación de quemazón.
Para Nieves Alonso Formento, oftalmóloga de la Unidad de Oculoplástica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, el SOS es “una enfermedad de las lágrimas y de la superficie ocular, que provoca síntomas de incomodidad, alteración de la visión e inestabilidad en la película lagrimal, con posible daño de la superficie del ojo”.
Los pacientes con SOS, la patología más frecuente en la consulta oftalmológica, también presentan problemas para leer, sensación de arenilla y sensibilidad a la luz, lo que tiene una repercusión importante en la calidad de vida.
Margarita Calonge, catedrática de Oftalmología de la Universidad de Valladolid, explica en una nota que esta sintomatología “dificulta muchas veces la realización de actividades cotidianas y puede provocar una disminución de la productividad laboral así como estrés”.
Causas
El SOS tiene muchas causas y clasificaciones. La especialista Nieves Alonso asegura que la enfermedad se puede dividir en dos tipos a nivel general: “por déficit de la capa acuosa de la película lagrimal y por el aumento de la evaporación de la lágrima”.
La doctora indica que cuando el SOS está relacionado con las fallas en la capa acuosa, una de las razones para su aparición puede ser elsíndrome de Sjögren.
Este síndrome es mucho más complejo: además de la irritación ocular, asocia otras patologías, como la sequedad de las mucosas.
“En los criterios para el diagnóstico del síndrome de Sjögren consideramos síntomas oculares, bucales, una anatomía patológica en cuanto a la mucosa oral, afectación de las glándulas salivales y la existencia de anticuerpos”, afirma la oftalmóloga.
Factores de riesgo
El ojo seco puede ser una molestia leve que se resuelve con dosis de lubricación o convertirse en una verdadera pesadilla. La clave, para la especialista del Hospital Ramón y Cajal, está en mantener a raya los
Factores de Riesgo
Edad avanzada.
Déficit vitamínico.
Intervenciones, como la cirugía refractiva o de cataratas.
Uso de lentillas.
Embarazo.
Alergias.
Exposición al sol.
Tabaco.
Tratamientos como la quimioterapia.
La falta de parpadeo ante las pantallas.
Aire acondicionado y contaminación.
La lectura excesiva también se asocia a una mayor prevalencia del SOS, principalmente cuando se hace frente al ordenador.
“También influye la postura ante el ordenador. Inconscientemente uno está atento frente a la pantalla y parpadea muchísimo menos, entonces el ojo se reseca más por ese motivo”, asegura Nieves Alonso.
El origen de este trastorno visual es aún desconocido y, aunque puede sufrirlo cualquier persona, es más común en mujeres entre 40 y 50 años.
La catedrática Margarita Calonge también señala otros factores que pueden influir: “la disminución hormonal en la menopausia, la exposición a ambientes adversos, medicamentos como los antihistamínicos, los diuréticos y los antidepresivos, enfermedades como la diabetes mellitus y el déficit de vitamina A”.
Recomendaciones
A pesar de que los ojos pueden irritarse por el viento más inofensivo, hay muchas alternativas para sobrellevar esta enfermedad. La oftalmóloga Nieves Alonso sugiere:
Consultar a un especialista para seguir un tratamiento tópico.
Poner humidificadores en casa.
Llevar siempre gafas de sol, para protegerse tanto de la luz como del viento.
Hacer pausas cuando se trabaja frente a un ordenador: paros de cinco minutos después de cada hora laboral y parpadear a menudo.
Evitar sitios con aire acondicionado. Si no es posible, ubicarse lejos del foco.
Dirigir el aire acondicionado del coche hacia el cuerpo y no hacia la cara.
Evitar, en lo posible, los lugares donde se concentre la contaminación.
Lágrimas artificiales
Cuando se habla del ojo seco, la primera respuesta médica suele ser el tratamiento conlubricantes oculares o lágrimas artificiales, que alivian los síntomas más comunes.
“Existen lágrimas artificiales que proporcionan un alivio profundo y duradero de los síntomas de ojo seco mientras que, al mismo tiempo, abordan la causa subyacente”, asegura Margarita Calonge, que también dirige el Grupo de Investigación en Superficie Ocular del Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA).
Esta especialista precisa que “cuando las lágrimas contienen solutos compatibles, que son unas moléculas como el eritritol y la L-carnitina, que penetran más profundamente e hidratan las células epiteliales de la córnea, también están ayudando a protegerlas del desequilibrio osmótico causado por la película lagrimal hiperosmolar, lo que recibe el nombre de osmoprotección”.
En ese sentido, los productos que lubrican y tienen propiedades osmoprotectoras son los ideales para quienes tienen el ojo seco. Del estilo de vida del paciente dependerá la elección del tratamiento más adecuado para sus necesidades.
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