Ha sido amor a primera vista, me encanta.
Se trata de la Torre Einstein, un edificio que culmina en altura con un observatorio solar que forma parte de las instalaciones delInstituto de Astrofísica de Potsdam (Alemania). Lo que me ha enamorado es su silueta, como si fuera un monolito orgánico a punto de tomar vida (se dice que esa palabra, “orgánico”, es la que usó Einstein cuando visitó el edificio, y hay que reconocer que no queda nada mal para describirlo).
Es obra del arquitecto expresionista Erich Mendelsohn en colaboración con Richard Neutra. La idea original, de 1917, partía de la necesidad del astrónomo Erwin Finlay-Freundlich, colaborador de Einstein, de contar con un observatorio solar en el que poder realizar experimentos encaminados a confirmar la Teoría de la Relatividad. Finalmente, el edificio fue levantado entre 1920 y 1921. Hoy sigue ahí, cumpliendo su función original, altivo y elegante.¿Acaso no he dicho que me he enamorado de su figura?
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