Seguramente has vivido, o te pasará en algún momento, que en el medio de un festejo decumpleaños infantil, el que has aceptado realizar con mucha osadía en tu brillante y pulcra casa, donde recibes a una treintena de chiquillos que parece que nunca hubieran salido de su casa, sobresale un pequeño bribón que es el encargado de exaltar a los demás, soltando improperios y molestando a sus compañeros.
Disciplinar niños ajenos no es fácil. Recuerdo, hace ya muchos años, en uno de los festejos de cumpleaños de mi hija mayor, calculo que más o menos el grupo de niños tendría cinco años, Tomás -nunca olvidaré su nombre- fue el responsable de poner los nervios de punta de mi mamá y los míos propios. No había forma de calmarlo, de hacerle entender que había una animación a la que tenía que incluirse y que no podía correr de aquí para allá, todo el tiempo, como caballo desbocado, porque este comportamiento distraía y molestaba a sus amigos.
No lo entendió hasta que mi madre, luego de hora y media de ruegos y súplicas, lo sentó en una silla y lo dejó allí durante quince minutos. Debo reconocer que yo no tuve el coraje, aunque me encontraba totalmente superada. Sólo después de eso se calmó. Y nosotras pudimos disfrutar al fin del cumpleaños.
Por eso, hoy en entre padres te invitamos a reflexionar en qué circuntancias intervenir cuando otro niño tiene un mal comportamiento y perjudica a otros.
¿Cuándo se justifica que intervengamos para disciplinar a otro niño?
Nuestra intervención será necesaria cuando el comportamiento del niño pueda perjudicar a otros niños, ya que sus acciones, como golpes, puñetazos, mordiscos, patadas, etc, pueden provocar lesiones, aunque sean menores.
También si su comportamiento muestra mala educación, como decir groserías, insultos o malas palabras, o realiza acciones que ponen en riesgo su propia seguridad y la de los demás.
Nuestra intervención será necesaria cuando el comportamiento del niño pueda perjudicar a otros niños, ya que sus acciones, como golpes, puñetazos, mordiscos, patadas, etc, pueden provocar lesiones, aunque sean menores.
También si su comportamiento muestra mala educación, como decir groserías, insultos o malas palabras, o realiza acciones que ponen en riesgo su propia seguridad y la de los demás.
¿Cómo actuar si eres la anfitriona de una fiesta infantil y surge un caso de mal comportamiento?
Como primera medida, es recomendable que antes del inicio de la fiesta de cumpleaños, reúnas a los pequeños, los sientes en ronda, y les marques algunas pautas de comportamiento mínimas que deben respetar para disfrutar la reunión sin problemas utiliza un lenguaje apropiado para la edad, evitando ser severo, y utilizando formas amenas y divertidas.
Pide siempre a los padres de los niños un número de teléfono en el que los puedas ubicar, en caso de que la situación se salga de control.
Pide refuerzos, siempre hay una amiga, una prima, una hermana a quienes les gustan los niños y pueden darte una mano, a la hora de contener al grupo. Yo he utilizado siempre el equipo de rescate formado por mi madre y mi hermana, con excelentes resultados.
Las estrategias nunca están de más cuando se trata de la disciplina de los niños, después de todo, si muchas veces nos resulta trabajoso disciplinar los niños propios, disciplinar los ajenos puede serlo aún más.
¿En qué situación tuviste que llamarle la atención a niños ajenos?
Como primera medida, es recomendable que antes del inicio de la fiesta de cumpleaños, reúnas a los pequeños, los sientes en ronda, y les marques algunas pautas de comportamiento mínimas que deben respetar para disfrutar la reunión sin problemas utiliza un lenguaje apropiado para la edad, evitando ser severo, y utilizando formas amenas y divertidas.
Pide siempre a los padres de los niños un número de teléfono en el que los puedas ubicar, en caso de que la situación se salga de control.
Pide refuerzos, siempre hay una amiga, una prima, una hermana a quienes les gustan los niños y pueden darte una mano, a la hora de contener al grupo. Yo he utilizado siempre el equipo de rescate formado por mi madre y mi hermana, con excelentes resultados.
Las estrategias nunca están de más cuando se trata de la disciplina de los niños, después de todo, si muchas veces nos resulta trabajoso disciplinar los niños propios, disciplinar los ajenos puede serlo aún más.
¿En qué situación tuviste que llamarle la atención a niños ajenos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario